martes, 2 de septiembre de 2008

Conciencia Patriota Vs. Racismo...

Hoy leía en el periódico, la información que ofrecía el presidente de CONEP acerca de la grave situación por la que atraviesa nuestro país en lo referente a la gran cantidad de ciudadanos ilegales del hermano país Haití en territorio dominicano. Este llamó bastante nuestra atención porque es un tema controversial que ha generado una enorme cantidad de debates públicos en las que unos desaprensivos se lanzan a favor y otros más cautos y preocupados por nuestra nación se lanzan en contra.

De entrada expreso que no tengo ningún signo de racista, xenófobo o cualquier otra etiqueta inventada por sectores que aupan este fenómeno de inmigración ilegal a nuestro país y que se oponen a las repatriaciones de rigor. En lo personal, tengo amigos haitianos o descendientes de estos que estudian y laboran en nuestro país, residen aquí de manera legal y son personas con una trayectoria pulcra e intachable en su quehacer diario.

Haití, desde sus inicios como República, ha sido un país explotado en todos sus ámbitos por potencias extranjeras (Francia, EE.UU.) y por su oligarquía en contubernio con estas potencias. Hoy nos alarma y nos apena ver a Haití siendo portador de un panorama desgarrador en el que grupos sociales, nacionales e internacionales, sumergieron al país en una guerra civil y hoy se encuentra en una desestabilización tal, que los llamados “cascos azules” de la ONU son aquellos encargados de mantener la “paz y el orden”. Un gobierno el cual ejerce su autoridad sobre algunas zonas; con informes que catalogan a Haití como un estado fallido; un país con profundas desigualdades sociales consideradas una de las luchas de clases más agudas del continente donde el 1% de la población posee la mitad de las riquezas y el 4% posee alrededor de un 65% de la tierra; observamos un país donde no se puede hablar de un medio ambiente saludable porque ha sido inmisericordemente depredado. Estos son simplemente algunos elementos que hacen de Haití la nación más pobre de América.

Todos estos acontecimientos que desestabilizaron a toda una nación, han provocado una emigración masiva de los ciudadanos haitianos a diferentes puntos de la región, es un ¡Sálvese quien pueda! Los que tenían recursos tomaron vuelo a otros países como Francia y Canadá, otros en balsas también abandonaron el país y el resto, la gran mayoría, solo le queda la opción de cruzar la frontera hacia la República Dominicana.

En Republica Dominicana existen sectores, como el de la construcción, el cual posee empresarios que por estar ofuscados en pagar una miseria salarial, contratan la mano de obra haitiana en detrimento de los trabajadores dominicanos. Frases como “Los dominicanos no quieren trabajar…” las escuchamos a diario, pero el hecho está en que si se requiere una mano de obra dominicana se deben pagar los salarios que realmente se merece un trabajador.

Desde hace varios años se viene gestando un plan por unificar la isla, o sea, que dominicanos y haitianos convivan como una sola nación, formar un estado Dominico – Haitiano y por nuestra aparente negativa, aunque sea de boca, se valen de grupos de haitianos y dominicanos anti – patriotas los cuales nos presentan como “racistas y xenófobos” ante el mundo. Todo esto porque la reconstrucción de Haití requiere cantidades exorbitantes de dinero y la salida más fácil que encuentran las grandes potencias es simplemente poner sobre los hombros del pueblo dominicano al país vecino.

Republica Dominicana no soporta una carga como la del pueblo haitiano por razones como el idioma, modos de vida, salud, religión y eso es solo por mencionar algunas de las diferencias endémicas de cada uno.

En cuanto a la situación social en Rep. Dom. que posee enormes deficiencias en los servicios básicos que ofrece a la ciudadanía, el tener que lidiar con una población que trae consigo problemas peores que el nuestro, crean en Rep. Dom. una situación difícil y compleja, entre ellas insalubridad, vivienda, educación, alimentación, delincuencia, etc.

Nuestros gobiernos no están tomando las medidas de lugar, al parecer por las presiones internacionales a las que se encuentran sometidos y se están haciendo de la vista gorda ante una situación que cada día se va empeorando. Según estadísticas, hay alrededor de 1 millón y pico de haitianos residiendo en nuestro país, tanto legales como ilegales, y fuentes no oficiales hablan de alrededor 2 millones y pico; la presencia de los legales la creemos correcta puesto que están amparados en la leyes y tienen sus documentos, los ilegales son quienes nos mueven a elevar nuestra voz. Estamos frente a lo que podríamos denominar una “invasión pacifica”, y que lentamente se va organizando; hay movimientos de “Dominico – Haitianos” que tienen pretensiones de algún día ser partido político. Un fenómeno como este, con la cantidad de nacionales haitianos residiendo en nuestro país, organizados como están, apoyados por sectores de poder y con organismos estatales tan débiles como los nuestros, nos llevan a pensar de que esta etnia podría llegar a ser gobierno algún día y ahí, lean todos bien, ahí “lloraremos con falda lo que no supimos defender con pantalones”.

No hay comentarios: